El Abandono de Nuestros Símbolos: Un Reflejo de la Gestión de Dio Astacio

Un Alcalde antipatriota en SDE


Los símbolos patrios no son simples monumentos de piedra o tela al viento. Representan la sangre, el sacrificio y la lucha de generaciones que dieron su vida para que hoy podamos llamarnos dominicanos. Sin embargo, en Santo Domingo Este, bajo la administración de Dioris Anselmo Astacio Pacheco, esos símbolos han sido relegados al olvido, reflejando no solo indiferencia, sino una preocupante falta de compromiso con la identidad nacional.

Las plazas patrióticas del municipio lucen en un estado lamentable. Basta con recorrerlas para notar el deterioro, la falta de mantenimiento y el abandono que gritan a la vista de todos. No se necesita abundar en palabras, pues la realidad es evidente: cuando el respeto por los símbolos cae, lo que está en juego es mucho más que estética, es la dignidad de una nación que lucha por no perderse en la indiferencia.

Gobernar para Todos, No para una Ideología

Dio Astacio debe recordar que su función pública no es la de un pastor, sino la de un alcalde. Su rol es gobernar para todos, sin imponer su ideología personal por encima del respeto a la historia y la identidad del municipio. Santo Domingo Este pertenece a todos sus ciudadanos, creyentes o no, de diferentes pensamientos, pero unidos bajo una sola bandera: la dominicana.

La Constitución de la República establece con claridad el respeto a nuestros símbolos y héroes nacionales. No es cuestión de creencias ni de preferencias, sino de un deber ineludible. Astacio puede no compartir la profundidad del simbolismo patriótico, pero tiene la obligación de honrarlo y preservarlo por respeto a la memoria de quienes lucharon por nuestra independencia y libertad.

¿Actuará o Seguirá el Silencio?

Si el alcalde tiene un mínimo de compromiso con su pueblo, debería actuar con prontitud ante estas denuncias. No basta con discursos ni con frases vacías sobre amor a la patria. Lo que se necesita es acción, una respuesta concreta que demuestre que Santo Domingo Este no se convertirá en un ejemplo de descuido y vergüenza nacional.

De lo contrario, quedará claro que bajo su gestión, la patria y sus símbolos han sido relegados a un segundo plano, víctimas del abandono y la indiferencia, mientras el pueblo observa cómo su historia es pisoteada en su propia tierra.

CAJITA CONVERTIDORA

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